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  Diablo 2 : Lord of Destruction
 

EL ASEDIO A HARROGATH

Tras matar a Diablo, Tyrael te da las gracias y te abre un portal rojo que conduce hasta las tierras de los bárbaros para que acabes con su hermano Baal, que se dirije hacia el mundo de piedra.

Una vez en harrogath habla con todos los personajes que aparecen y Larzuk es el que te indica tuobjetivo: matar a Shenk, comandante de las fuerzas de Baal. Para ello debes alcanzar el otro extremo de las Estribaciones Sangruientas, un ancho camino te espera lleno de esclavos, vapuleadores mortales y catapultas que se puede hacer un poco monótono. También aparecen duendecillos que atacarán desde lejos. Las catapultas lanzan bolas con daño elemental pero no suelen hacer mucho daño, mas bien molestan a la vista. En los niveles pesadilla e infierno, el problema son los vapuleadores que se vuelven inmunes a golpes físicos, así que a buscar hechizos con que combatirlos si no haces un buen daño elemental.
Por el camino encontrarás bárbaros luchando que se "unirán" a ti para combatir, pero no son muy útiles. Al final encontrarás a Shenk totalmente rodeado de enemigos, así que lo mejor es deshacerse de los enemigos de alrededor y quedarte solo con Shenk para el final. Es fácil de derrotar solo que posee una elevada cantidad de vida, con lo que te llevará un ratito. No suele soltar grandes recompensas.

A diferencia de Diablo II, en DII:LoD es en este primer acto donde consigues mayor experiencia , es por ello que encontrarás en BattleNet un montón de partidas en esta zona. Lo que se suele hacer es coger el transporte a las Tierras Altas Glaciares y bajar todo el mapa.

Una vez regreses a Harrogath, Larzuk te recompensará añadiendo algún hueco en el objeto que te dé la gana. Los objetos normales se les añaden entre 1 y 6 huecos, entre 1 y 2 los mágicos, y solo 1 en los raros, únicos o fragmentados. No se pueden añadir huecos en objetos en los que se les haya añadido algún hueco, en los engarzados, y en los que no les puede añadir más huecos.



RESCATE EN ARREAT

Tras la primera hazaña, habla con Qual-Kehk que te indicará la siguiente. Te comentará que quedan bárbaros atrapados y que deberás rescatarlos de las Tierras Altas Glaciares. Aquí hay multitud de enemigos y en gran densidad, fundamentalmente recibirás ataques de fuego. Cuando encuentres las prisiones, que son tres, oirás a los bárbaros pedir ayuda. Simplemente con abrirles la puerta, ellos mismos escaparán a través de un portal.

Por en medio de las Tierras Altas hay un portal a Abbadon. Aquí encontrarás un cofre con regalitos que varían según el nivel del personaje. Este nivel es parecido al Rio de LLamas.

Una vez regreses, Qual-Kehk te recompensará con la posibilidad de contratar a un bárbaro como acompañante, y te regalará tres runas, siempre son las mismas: Ral+Ort+Tal. Si las engarzas en ese orden en un objeto (blanco, recuérdalo) te dará: 43-48% resistencia a todos los elementos, 10% de daño recibido repercute en el maná y el índice de defensa aumenta en un 50%. Suele ser una palabra rúnica para un escudo.



PRISIÓN DE HIELO

Podrás comprobar que Nihlatak ya no está en el pueblo, sí, ese personajillo que te daba la oportunidad de la jugada arriesgada. Si hablas con Malah (la que te llena de vida) te dirá que Anya ha desaparecido y que Nihlatak puede tener la culpa. Tienes que ir por el Pasaje Cristalino, más allá de las Tierras Altas, hasta el Río Helado, donde se encuentra Anya. Aquí recibirás multitud de ataques de frio y aparecen unos muertos vivientes un tanto pesados que se niegan a quedarse tirados en el suelo, con lo que tendrás que abatirlos un par de veces.

Encontrarás a Anya en una prisión de hielo y deberás liberarla. Habla con ella y tras una emotiva conversación, vuelve al pueblo y habla con Malah que te dará una poción para descongelarla. Vuelve y habla otra vez con Anya, que cogerá la poción y se liberará volviendo al pueblo por un portal. Desgraciadamente, pasa como con Caín, el portal se cierra y tienes que gastar otro para volver al pueblo. Otra vez habla con Malah que te recompensará con un pergamino que te da +10 a todas las resistencias (con lo que acabas con +30 tras el nivel pesadilla). Luego habla con Anya que te recompensará con un objeto para el tipo de jugador con el que estás de color amarillo que no es nada del otro mundo, pero que vendiéndolo da buenos duros.



EL TRAIDOR DE NIHLATAK

Anya te abrirá un portal para que te vengues y mates a Nihlatak, el cual posee la reliquia que Baal necesita para entrar en la cámara de piedra sin pasar por la prueba de los antiguos. El portal lleva al templo de Nihlatak, una zona muy pequeña pero llena de los molestos muertos vivientes que no quieren morirse del todo. Al final de la zona y tras un pez gordo, se encuentra la entrada a las Salas de la Angustia. Está llena de pasillos estrechos y enemigos así que cuidado con quedarse atrapado. Debes buscar la entrada a las Salas del Dolor y después a las Salas de Vaught, donde está Nihlatak. Hay enemigos que explotan a tu lado y quitan bastante vida, así que cuidado. En las Salas de Vaught, en una de las esquitas se encuentra Nihlatak que no para de convocar criaturas y explotar sus cadáveres a tu alrededor, cual nigromante se tratara. Mucho cuidado con su explosión de cadáveres puesto que hacen un daño brutal y con niveles altos puedes caer como una mosca, es por ello que la gente acaba esta búsqueda y se olvida de ella, ya que si se repite corres el riesgo de perder valiosa experiencia. Para que te hagas una idea del daño de explosión de cadáveres, este es: 155 a 194 en nivel normal; 880-1100 en pesadilla; 1974 a 2467 en nivel Infierno. Tú eliges si repetirlo o no.

Nihlatak es un flojucho, así que acabarás con él enseguida. Tras matarlo, regresa al pueblo y Anya te recompensa con personalizar con tu nombre el objeto que elijas (o sea, una patatada).



RITO DEL PASO

La quinta búsqueda se activa al llegar al monte Arreat o al hablar con Qual-Kehk. Para llegar a la cima Arreat, debes seguir el Camino de los Antiguos. En la Cima Arreat se encuentra la entrada a las Torres de Homenajes, pero no podrás atravesarla hasta que superes una dura prueba con los Antiguos para ver si eres o no digno de hacerlo. Baal ha conseguido la reliquia que permite entrar sin pasar por la prueba.

Al enfrentarte con los antiguos verás que realizan habilidades del bárbaro, así que cuidadín. No abras un portal en la cima, puesto que si lo haces, los antiguos volverán a convertirse en estatuas y vuelta a empezar. Esto es útil en el caso de que veas claramente que vas a morir. Si te da lo mismo, lo aconsejable es que hagas un portal justo antes de traspasar la entrada a la Cima Arreat, en el Camino de los Antiguos; puesto que esta entrada se cierra nada más traspasarla y no puedes volver atrás. Para luchar con los antiguos, no tienes más que activar el altar y escuchar lo que te dicen. Tras la conversación, empezará el Show, así que estare preparado de antemano. Las resistencias de los Antiguos se generan de forma aleatoria, así que si ves que hay alguna con la que te va a ser imposible acabar con ellos, no hay más que abrir un portal, ir a la ciudad, regresar y volver a activar el altar para que tengan otras resistencias. En el nivel Infierno si que hay que tener cuidadín, puesto que dos de ellos se vuelven inmunes a ataques físicos.

La grata recompensa es que dan una elevadísima cantidad de experiencia, pero solo la primera vez que los matas, luego ésta se reduce considerablemente. En el nivel normal, ganas 1,4 millones de puntos si tienes un nivel mínimo de 20; en el nivel pesadilla 20 millones con un mínimo de 40; y en el nivel infierno 40 millones a partir del nivel 60.





Tras derrotar a los antiguos ya tienes acceso a las Torres de Homenajes, camino que te conducirán hasta Baal. Aquí no hay pérdida ninguna, es ir bajando niveles a través de las torres, donde encontrarás una elevada resistencia de enemigos. Tras las Torres de Homenajes ,se encuentra el Trono de la Destrucción, donde te está esperando Baal. Aquí hay numerosos enemigos que conviene liquidar antes de llegar al trono propiamente dicho, puesto que luego pueden sorprenderte por detrás y hacer un bocadillo contigo junto con los esbirros que Baal soltará.
El gran problema lo plantean las pesadillas aladas, puesto que en el nivel infierno se vuelven inmunes a ataques físicos y en este nivel son muy numerosas, y para más inri, te sueltan la maldición de Aumento de Daños.

Una vez en el trono, verás a Baal delante de la entrada a la Cámara de Piedra (que aún no se puede traspasar) y con el que no podrás luchar. Te podrás acercar a él y nada más; mientras que él irá soltándote todo tipo de maldiciones para fastidiar un poco más. Tras matar a todos los bichejos que se encuentran en esta sala del trono, Baal empieza a soltar poco a poco a sus grupos de esbirros.
Antes de nada, es recomendable crear un portal en alguna de las esquinas por si las moscas, sobre todo con el último grupo de esbirros. El primero en aparecer es Colenzo el Aniquilador y sus colegas. Son un grupo de chamanes que fastidiarán bastante resucitando una y otra vez a sus caídos. Si te das prisa en acabar con los jefes gordos, no habrá problemas puesto que son fáciles de abatir.
Luego aparece Achmel el Maldito con sus colegas Desenrredadores y un montón de esqueletos magos que no paran de tirarte hechizo de hielo. Atención también al veneno de los desenredadores.
El tercer grupo se compone de Bartuc el Sangriento y sus colegas miembros del consejo. Aquí el problema serán los rayos.
Luego aparecen Balrogs capitaneados por Ventar el Pecaminoso. Son rápidos pero fáciles de eliminar.
El último grupo es el peor y el más complicado. Justo al acabar con todos los balrogs tu máquina sufrirá un parón bestial que te hará pensar si se ha bloqueado el sistema o no. Dura solo unos segundos pero es algo "normal". En el caso de estar en partida un solo jugador, no es más que una simple molestia; en cambio en el caso de estar jugando por internet, el lag te puede ocasionar una málisima pasada, puesto que es probable que empieces a escuchar rugidos y el grito de tu personaje morir incluso antes de ver el texto que indica que tu personaje ha muerto; por ello es recomendable matar al último balrog cerca de los transportes para que, en cuando muera y en ese pequeño lapsus de tiempo que te puedes mover antes del parón, escapes por el transporte a la ciudad y al ratillo, cuando ya se hayan convocado el último grupo, regresar para darles caña. Este último grupo lo capitanea Lister el Torturador y son bichos que no ves en ningún momento del juego más que aquí. Son duros de pelar, y para más fastidio te dan cabezazos que no sólo te quitan gran valiosa vida, sino que te dejan aturdido, momento delicado puesto que los cabezazos pueden empezar a sucederse hasta que sucede lo inevitable, por ello es recomendable ir separándolos del grupo y matarlos uno a uno, evitando que te rodeen.

Una vez muertos todos los esbirros, Baal desaparecerá por la puerta a la Cámara de Piedra, donde tendrá lugar el combate final. Cabe recordar, que entre cada aparición de esbirros, Baal tiene la fea costumbre de hacer explotar sus cuerpos a tu alrededor quitándote, eso sí, no mucha vida.

Dentro de la Cámara de Piedra, tendrás que rodear las columnas hasta un pasillo donde se encuentra Baal. Mientras, por el camino, irá Baal convocando unos apéndices realmente molestos. Baal echa todo un arsenal de hechizos, desde los que te ralentizan, hasta los que te quitan casi todo el maná, pasando por rayos, especialmente uno en forma de V realmente muy molesto que te aleja irremediablemente de él; también destaca su manía de teletransportarse a otro lado, cosa peligrosa si a su vez te rodea de los tentáculos. Al cabo de un rato largo de lucha, a Baal no se le ocurre otra cosa que convocar un doble de sí mismo, con lo que tendrás que luchar contra dos Baal, pero el segundo es más fácil de derrotar por suerte. Des al que des, ambos pierden vida; es decir, si das a uno, una parte proporcional del daño, va al otro. Así que lo mejor es que te olvides del doble (aunque te esté fastidiando todo el tiempo) y te centres en el Baal auténtico. A pesar de todo, resulta que Baal no es tan fiero como lo pintan, incluso puede haberte resultado más difícil acabar con sus esbirros que con él mismo. Se tarda un poquito en acabar con él, pero no te costará sangre sudor y lágrimas (como suele suceder con Diablo y Duriel).

Una vez muerto Baal, que no suele dejar muy buenos regalos que digamos (hermano de Diablo tenía que ser), bajará Tyrael a darte las gracias y a comentarte lo que pasará con el mundo, tras lo cual se abrirá un portal rojo llamado Fin de la Destrucción por el que, si pasas, se acabará el juego dando paso a una de las mejores escenas cinemáticas del juego. Al fondo de la cámara puedes encontrar unas cuantas monedas que en el nivel normal pueden venir bien, pero en pesadilla e infierno, con todo el dinero que ganas, mejor es ni molestarse a recogerlas, puesto que no son muchas. Suele ser común, abrirse un portal a Harrogath, vender las baratijas de Baal, rellenarse la vida, rellenarse de botellitas y reparar el equipo, antes de regresar a la cámar y entrar por el portal.

Pues eso es todo. Aquí finaliza la historia de Diablo II:Lord of Destruction. En teoría han muerto los Diablos principales, pero según la historia de Diablo quedan algunos otros y muchos otros menores que no se mencionan en el juego, pero si en el libro; ¿serán punto de partida para Diablo 3?, quién sabe.

Acto I :El ojo ciego
Acto III :La puerta del infierno
Acto IV:La angustia
Acto II :El asedio a harrogath

 

 
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